lunes, 25 de abril de 2016

Exposición

El texto Expositivo

      Concepto y características:

Un texto expositivo es un tipo de texto a través del cual el emisor da a conocer a su receptor algún hecho, situación o circunstancia.
Cuando hablamos de texto escrito informativo, nos referimos únicamente a aquel texto que ha sido escrito por un emisor cuya intención principal es, como dijimos "dar a conocer" algo, sin que intervengan primordialmente sus emociones ni deseos.
Son muchas las cosas que se pueden dar a conocer de esta forma, lo central del texto en este caso es la información. Esto no quiere decir que en un texto informativo nunca se expresen los sentimientos ni los deseos del emisor, puesto que en ocasiones esto sí ocurre, pero de todos modos estos siempre pasarán a segundo plano.
Esto se hace para que los receptores se enteren, y no necesariamente para que se emocionen ni para que se entretengan. Los textos que persigan estos objetivos serán textos poéticos o literarios, no informativos.
El texto explicativo se ocupa de dar a conocer nuevos conocimientos al receptor del texto, expone las causas del fenómeno que se desea transmitir. Dependiendo del tipo de receptor que sea, si especialista en el tema del que se habla, o no, el texto explicativo será o bien divulgativo, o bien científico.
          El texto divulgativo suele tratar temas de interés general y son fáciles de entender. El texto científico, en cambio, trata temas más especializados, dirigidos a un público entendido en la materia. Es el caso de una conferencia científica, por ejemplo.
         Para hacer una exposición se requiere un proceso:
1. Determinar el tema del que se va a hablar o escribir.
2. Documentarse sobre dicho tema en enciclopedias, diccionarios, internet...
3. Elaborar un borrador que nos ayude a ordenar las ideas, a que el discurso sea coherente y claro.
4. Redactar el texto definitivo  en un lenguaje que sea claro, que sea conciso y que sea, ante todo, correcto: no cometer faltas de ortografía, y siguiendo una estructura clara de sujeto, verbo, complementos.
Una vez concluido el proceso, la exposición debe seguir una estructura determinada.
a. Introducción del tema, en la que aparecerá el título de la exposición.
b. Desarrollo del tema de forma ordenada y clara. Aquí podremos introducir ejemplos que nos ayuden a enriquecer el texto, o citas de libros o de especialistas en la materia que sirvan para lo mismo.
c. Conclusión, en la que aparezca un breve resumen de lo dicho.

      El lenguaje:
Para aprender algo más acerca del texto expositivo, comenzaremos por conocer cuáles son sus principales aspectos, que se deben cuidar al redactar, y que se aprecian al leer un texto informativo bien construido. Veamos.
El lenguaje de un texto informativo debe ser, sobre todo, formal.
En cierto modo, este es diferente del que utilizamos día a día para comunicarnos en forma oral, y diferente también del que usamos para escribir textos de otra índole.
Esta diferencia radica en que debe ser un lenguaje ejemplar, preciso y correcto.
Ejemplar: al escribir un texto informativo no se deben usar palabras familiares, ni vagas, ni mucho menos indecorosas. Tampoco se trata de que las palabras sean rebuscadas, por el contrario, deben ser comprensibles.
Preciso: debe tener mucha claridad; nada de metáforas poéticas, refranes populares, ni ningún otro elemento que pudiera producir dobles interpretaciones. El mensaje debe quedar perfectamente claro para quien lee, ya que el objetivo que se debe cumplir es informar, y un receptor confundido no estará informado.
Correcto: tanto ortográfica como morfosintácticamente. Al escribir un texto informativo debes cuidar que no se te escape ningún acento, ninguna coma, que las frases y oraciones estén bien construidas, así como también los párrafos.





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